
Y regresé a la maldición del cajón sin su ropa, a la perdición de los bares de copas, a las cenicientas de saldo y esquina.Que, tardé, en aprender a olvidarle, 19 días y 500 noches. No pido perdón, ¿para qué? si me va a perdonar.Porque ya no le importa...Siempre tuvo la frente muy alta, la lengua muy larga y la falda muy corta.
Me abandonó, como se abandonan los zapatos viejos.
Quedate y ayudame a terminar el dia.
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